Los actos morales pueden ser moralmente buenos o moralmente malos. Los buenos son los propiamente morales y los malos son calificados como inmorales.
Además podemos hablar de actos amorales que son aquellos que son ejecutados por los individuos sin uso de conciencia o libertad o voluntad.
Por tanto , la valoración ética de los actos morales implica establecer que es bueno y que es malo; preguntas que a lo largo de la historia de la Ética han sido respondidas.
Algunas teorías han visto lo bueno o el bien como lo que produce placer ( hedonismo, Epicuro), lo que produce felicidad ( eudemonismo, Aristóteles), lo útil ( utilitarismo, Stuart Mill), actuar por el deber y no por inclinación, es decir actuar motivado por la buena voluntad o por una intención pura ( formalismo, Kant), lo bueno radica en la vida y en todo aquello que la impulse y desarrolle ( vitalismo, Nietzsche), lo que conduzca a la felicidad perfecta de la vida futura, cuando se viva en la visión de Dios después de la resurrección ( perfeccionismo, Santo Tomás de Aquino).
Por consiguiente para una teoría ética determinada, los actos moralmente buenos serían aquellos que responden a su idea de lo bueno y los actos moralmente malos los que niegan dicha idea. Esto significa que no existe un criterio ético único sobre tal valoración.
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